Rafael Pombo (1833 – 1912) de origen colombiano se caracterizó por ser un escritor, poeta, fabulista, traductor, intelectual y diplomático de gran categoría, su padre proveniente de familias aristocráticas de Popayán Lino de Pombo O’Donell y Ana María Rebolledo se dirigieron a Bogotá tras la designación como secretario de Relaciones Interiores y Exteriores en 1832 en medio del periodo presidencial de Francisco de Paula Santander donde nace José Rafael de Pombo conociendo las primeras letras a manos de su madre quien fue su primer maestra.
A la edad de 11 años Rafael Pombo ingresa al Seminario desarrollando estudios de latín convirtiéndose en un destacado traductor de los clásicos, con esta profesión fue contratad en los Estados Unidos como diplomático por la D. Appleton & Company en Nueva York para traducir al idioma castellano una serie de textos infantiles de la tradición anglosajona, dando como resultado más que un traducción cualquiera una adaptación transformativa de los textos los cuales posteriormente por su calidad fueron publicados en dos volúmenes respondiendo al nombre de obras literarias “Cuentos pintados para niños y Cuentos morales para niños formales” sin duda alguna una de sus contribuciones más importantes a la literatura infantil pese a las diversas y extensas obras publicadas por el a lo largo de su historia.
De sus textos más reconocidos y populares de la literatura le recuerdan a Rafael Pombo los cuentos de Michín, Juan Chunguero, Pastorcita, La Pobre Viejecita, Simón el Bobito, El Gato Bandido y El Renacuajo paseador.
Pas de su vida 15 en los estados Unidos y a su regreso a Colombia en domicilio en la ciudad de Santa Fe de Bogotá, empieza a trabajar como traductor y periodista, siendo fundador de varios centros de periodismo “periódicos” entre los que se destacaron El Cartucho y El Centro.
Por su labor en su recorrido como escritor recibe varios premios, uno de ellos la coronación como el Poeta Nacional de Colombia en medio de un homenaje que se le atribuyo en una ceremonia llevada a cabo en el Teatro Colón de Bogotá el día 20 de agosto de 1905. Para el año de 1912 ingresa a la Academia Colombiana de la Lengua de la cual fue además de miembro secretario de perpetuo. Según testimonios de cercanos al escritor después de la ceremonia empieza en declive su salud por lo que más tarde fallece el 5 de mayo del mismo año, por lo que en su honor para el año siguiente 1913 se inaugura la Fundación Casa Rafael Pombo en homenaje póstumo.
Actualmente en honor a su memoria por medio de la ley 88 del 16 de noviembre de 1912 se nombra a Rafael Pombo como Gloria de las Letras Nacionales.