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Tierra Colombiana

Revolución de los comuneros

La revolución de los comuneros o también denominada como La insurrección de los comuneros refiere a una de las manifestaciones históricas de levantamiento armado más importantes en la época de La Nueva Granada, donde un grupo de criollos en liderazgo de Manuela Beltrán el 16 de marzo del año de 1871 desarrollan una revuelta colectiva contra los guardas de la renta del tabaco en Simacota, Mogotes y Charalá y la ciudad del Socorro perteneciente a lo que hoy se conoce como el departamento de Santander, en contravía de los edictos que para entonces regían a las nuevas contribuciones donde a gritos se hacía oír la voz “viva el Rey y muera el mal gobierno. No queremos pagar la armada de Barlovento”

La implementación de las reformas fiscales y económicas que se implementaron para entonces desencadenaron el descontento de la población sobre los cuales afectaban especialmente a los productores locales por el avance sobre ciertos privilegios y exenciones y la restricción del cultivo de tabaco.

Una rebelión que aunque en sus inicios parecía ser una manifestación de los más pobres, estallo en una de las revueltas más impactantes de la historia de Colombia  al ser dirigidas posteriormente por alianzas en las que se destacaban grupos poblacionales de comerciantes y agricultores en desacuerdos con los impuestos  a los que se veían sometidos para entonces.

Tema que desencadena la rebelión  que dio forma a una fuerza colectiva de gran impacto, logrando comprometer al mismo interés algunos hombres de prestigio además de algunas comunidades indígenas lideradas por Ambrosio Pisco, un cacique rico que se unieron y agregaron  en el pliego de peticiones y demandas la devolución de tierras tomadas por la fuerza a las comunidades amerindias.

En el liderazgo de la revolución de los comuneros se destacaron  personajes como Juan Francisco Berbeo, en asocio de Salvador Plata, Antonio Monsalve, y Francisco Rosillo quienes con otros designados conformaron la junta a la que denominaron el “común” de ahí el nombre de comuneros que hasta el momento se conoce en medio de la historia de Colombia.

Dicha marcha respondido a la participación de más de 6 mil hombres quienes se dirigieron en camino a la ciudad de Santa Fe, hoy conocida como Santa Fe de Bogotá para hacerse escuchar, logrando en el camino al lugar objetivo atrapar más voluntarios que aglomerar mas su masa hasta completar un cuerpo de más de 20 mil hombres que se dirigieron a plantear sus peticiones y rechazos contra el gobierno central, el cual a su vez envía desde Santa Fe una pequeña tropa que nada pudo hacer contra los marchantes, quienes siguieron avanzando hasta encontrarse con un grupo designado por el gobierno en cabeza de  oidor Vasco y Vargas y al alcalde don Eustaquio Galavís. El arzobispo (y después virrey) Antonio Caballero y Góngora quienes mediante el dialogo en una negociación pacifica firman un documento  que aunque no cubrió en su totalidad las peticiones de los comuneros si se lograron acuerdos importantes con puntos específicos que tomaron temas de:

  • Derogación y diminución de impuestos desconocidos por no haber sido consultados con la población como fue el caos del tributo de la Armada de Barlovento, además de la disminución en las tarifas de las contribuciones obligadas por el tabaco y el aguardiente.
  • Derogación de los impuestos que debían pagar los negros libertos.
  • Devolución de algunos tierras (resguardos) y minas de sal a los indígenas, además de la derogación del diezmo por parte de su pueblos.
  • Retorno de los cargos públicos que habían sido ocupados por españoles a los criollos.
  • Entre otros.

 

 

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